¿Un Nuevo León para un Mundo en Crisis? La Elección Papal Sacude el Vaticano
La elección del Cardenal Robert Francis Prevost como el nuevo Papa León XIV ha generado un torbellino de análisis y especulaciones. ¿Es esta una jugada maestra geopolítica? Giovanni Maria Vian, reconocido historiador y ex director de L’Osservatore Romano, cree que sí. En declaraciones a La Tercera, Vian destaca el “claro elemento de geopolítica” en esta decisión, argumentando que los cardenales, en menos de 24 horas, “derribaron el criterio que excluía la elección de un cardenal proveniente del imperio norteamericano”. Este audaz movimiento podría redefinir el papel de la Iglesia Católica en el escenario global.
Vian, autor de “El Último Papa”, traza un paralelismo fascinante entre la elección de León XIV y la de Juan Pablo II en 1978. En aquel entonces, la elección de un Papa de Europa del Este resonó profundamente en plena Guerra Fría, contribuyendo al eventual colapso del bloque soviético. ¿Podría León XIV tener un impacto similar en el mundo actual? “Una vez más”, señala Vian, “el colegio de cardenales demostró que la Iglesia, tras la muerte de un Papa, sabe volver a ponerse en juego”. La pregunta ahora es: ¿qué juego jugará León XIV?
El “complejo mundo de hoy” fue un tema recurrente en las discusiones previas al cónclave. El Cardenal Giovanni Battista Re instó a la elección de un Papa capaz de afrontar un mundo en crisis, con un orden mundial tambaleante. El propio León XIV, en su primera homilía, hizo eco de esta preocupación, llamando a la paz en un mundo plagado de desafíos. ¿Es la elección de su nombre una pista sobre su estrategia?
Vian destaca la importancia del nombre elegido: León. No solo por León XIII, arquitecto de la doctrina social de la Iglesia con su encíclica *Rerum novarum*, sino también por León Magno, el Papa que en el año 452 se enfrentó a Atila, salvando Roma del saqueo. ¿A quién se enfrentará León XIV en el siglo XXI? Vian prefiere hablar de “dominadores”, sugiriendo que el nuevo Papa deberá lidiar con poderosas fuerzas que amenazan la estabilidad global.
La rapidez del cónclave sugiere que ya existía un acuerdo, o al menos una dirección clara, antes de que los cardenales se encerraran en la Capilla Sixtina. Aunque el secreto del cónclave impide conocer los detalles del proceso, Vian especula sobre el papel de Pietro Parolin. Lo que sí está claro es que León XIV no es simplemente una continuación del papado anterior. “Es un Papa sólo de relativa continuidad”, afirma Vian, subrayando la decisión de León XIV de no adoptar el nombre de ninguno de sus predecesores inmediatos. ¿Qué significa esto para el futuro de la Iglesia Católica? El mundo observa con atención.
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