Rockero a Yihadista: Ascenso de Líder de Al Qaeda en África

De Estrella de la Música a Líder Yihadista: La Inquietante Transformación de Iyad ag Ghali

La historia de Iyad ag Ghali, un tuareg de Mali, es una de esas narraciones que te dejan sin aliento. Alguna vez artífice del sonido de Tinariwen, la banda de blues del desierto que conquistó un Grammy y compartió escenario con leyendas del rock, hoy lidera una de las franquicias más letales de Al Qaeda. El mismo desierto que vibraba con su música ahora tiembla bajo su implacable mando. ¿Cómo se produce una metamorfosis tan radical?

Nacido en la tribu Ifoghas, en la región de Kidal, al noreste de Mali, Ag Ghali creció a la sombra de la violencia. Según *The Wall Street Journal*, tenía apenas nueve años cuando su padre, un miembro prominente de la comunidad tuareg, fue asesinado durante un levantamiento. Marcado por esta pérdida, se unió a una legión de voluntarios tuareg, bajo el auspicio del controvertido líder libio Muamar el Gadafi, buscando la independencia de Mali.

Gadafi, conocido por su ambición geopolítica, utilizó a los tuareg para sus propios fines. En la década de 1980, encargó a Ag Ghali la supervisión de los reclutas tuareg en un campamento cercano a Trípoli, Libia. Entre estos voluntarios se encontraba Ibrahim ag Alhabib, futuro fundador de Tinariwen, un joven con una pasión por Elvis, James Brown y la música pop árabe.

La relación con Gadafi se agrió cuando Ag Ghali percibió que el líder libio priorizaba sus intereses personales sobre la causa tuareg. En junio de 1990, Ag Ghali y sus combatientes abandonaron Libia y se infiltraron en Mali, donde sus cantos de libertad resonaban en la noche. Tras victorias iniciales, Ag Ghali negoció un acuerdo de paz en 1991, logrando una mayor autonomía para los tuareg.

En 1999, Ag Ghali alentó a Manny Ansar, manager de Tinariwen, a organizar conciertos de música tuareg, un evento que evolucionaría hasta convertirse en el renombrado Festival en el Desierto. Sin embargo, ese mismo año, la llegada de predicadores pakistaníes con un mensaje de extremismo islámico marcó un punto de inflexión. Ag Ghali adoptó una nueva fe, dedicando más tiempo a la oración, la lectura del Corán y un cambio radical en su vestimenta y apariencia.

Durante un tiempo, sus dos facetas coexistieron. Mientras Tinariwen ascendía a la fama mundial, llegando a actuar en el Concierto de Inauguración de la Copa Mundial de la FIFA 2010 junto a estrellas como Alicia Keys y Shakira, la semilla del extremismo germinaba en Ag Ghali.

Un Encuentro con Bono y el Descenso al Abismo

En 2011, Tinariwen alcanzó la cima con “Tassili”, álbum ganador del Grammy. Al año siguiente, Ag Ghali compartió escenario con Bono de U2 en el último Festival del Desierto celebrado en las afueras de Tombuctú. Un momento que contrasta fuertemente con su futuro.

Según la BBC, entre 2007 y 2010, Ag Ghali ocupó un puesto en el consulado de Malí en Jeddah, Arabia Saudita, aunque informes lo situaban en Malí negociando liberaciones de rehenes. La prensa maliense sugiere que fue declarado *persona non grata* por Arabia Saudita debido a sus vínculos con elementos terroristas.

Tras la caída de Gadafi en 2011, combatientes tuareg regresaron a Mali. *The Wall Street Journal* señala que muchos jóvenes tuareg se volvieron contra Ag Ghali, viéndolo como un traidor que vivía en el lujo y se alineaba con el gobierno de Malí. Marginado, Ag Ghali fundó su propio grupo militante islamista: Ansar Dine (Defensores de la Fe).

“Esto podría verse como una respuesta a los reveses que experimentó en la lucha interna por el poder tuareg, pero junto a este nacionalismo tuareg también se puede rastrear el desarrollo de fuertes creencias religiosas”, escribió la BBC.

En 2012, mientras combatientes tuareg e islamistas sembraban el caos en el norte de Mali, las fuerzas de Ag Ghali tomaron ciudades clave, incluyendo Tombuctú, que cayó bajo la bandera de Ansar Dine. La intervención francesa en 2013 expulsó a los yihadistas, obligando a Ag Ghali a retirarse a las montañas.

En 2017, Ag Ghali resurgió con una agenda aún más radical. Fusionó varios grupos vinculados a Al Qaeda en Jama’at Nusrat al-Islam wal-Muslimin (JNIM), autoproclamándose su emir y presentándolo como una alternativa “más razonable” al Estado Islámico.

Desde entonces, los combatientes de JNIM han perpetrado ataques mortales contra soldados y civiles, emboscando convoyes, colocando artefactos explosivos e imponiendo su ley a aldeas enteras. Según *The Times of India*, el caos generado por la guerra de Ag Ghali ha provocado la caída de gobiernos. Mali, Burkina Faso y Níger han sido testigos de golpes de Estado desde 2020, con juntas militares cuyas políticas, a menudo, benefician a Ag Ghali.

La llegada de mercenarios rusos de Wagner, cuya brutalidad ha alienado aún más a la población local, ha permitido a Ag Ghali posicionarse como un “protector del pueblo”, mientras continúa sus emboscadas y extorsiones. Con más de 70 años, enfrenta una orden de arresto de la Corte Penal Internacional, acusado de crímenes de guerra y de lesa humanidad. Mientras tanto, según *The Wall Street Journal*, su antigua banda sigue tocando, incluso realizando giras por Estados Unidos. La ironía de esta historia es tan profunda como el desierto que la vio nacer.

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