La búsqueda de verdad en la trágica desaparición de siete pescadores artesanales de Coronel, a bordo de la embarcación Bruma, toma un giro inesperado. La Fiscalía Regional del Biobío intensifica la investigación, centrando su atención en el pesquero Cobra, propiedad de Pesquera Blumar S.A., y otras dos embarcaciones cercanas al lugar del incidente. ¿Qué papel jugaron estas naves en la misteriosa desaparición?
Gerardo Balbontín, gerente de Pesquera Blumar, reveló que la tripulación del Cobra reportó haber escuchado un “ruido interno” la noche de la desaparición, pero sin sospechar una colisión. Según Balbontín, tanto el capitán como el piloto que estaban de turno esa noche han sido catalogados como imputados en la investigación. La pregunta que resuena: ¿Fue solo un ruido o algo más siniestro?
Además del Cobra, los barcos Don Tito y Bituquen 2 están bajo la lupa de las autoridades, al haber estado en las proximidades del área donde se perdió el Bruma. La investigación busca determinar si su presencia fue coincidencia o si guardan relación con la tragedia.
A la creciente incertidumbre se suma la intrigante desaparición de Juan Sanhueza, un tripulante del Cobra que ejercía como vigía la noche del incidente. Su ausencia y la imposibilidad de obtener su testimonio complican aún más el panorama. “Sanhueza efectivamente estaba en uno de los turnos que ocurrió en la noche del accidente del Bruma”, confirmó Balbontín, alimentando las interrogantes sobre su paradero y su posible conocimiento de los hechos.
La fiscal Marcela Cartagena enfatizó que la investigación se mantiene abierta a múltiples hipótesis legales, con algunos tripulantes considerados imputados y otros como testigos. La fiscalía se niega a descartar ninguna posibilidad mientras busca respuestas concretas.
Mientras tanto, el abogado Rafael Poblete, representante de los familiares de las víctimas, ha expresado una postura firme: “Nosotros tenemos nuestra tesis de homicidio doloso, o sea homicidio por dolo eventual”. Esta acusación eleva la tensión y añade una capa de dramatismo al caso.
La comunidad de Coronel vive momentos de angustia y la búsqueda de justicia se intensifica. La Fiscalía y la Armada continúan recolectando pruebas en una carrera contrarreloj, mientras los familiares de los pescadores desaparecidos claman por respuestas y exigen que se esclarezcan los hechos, aunque las esperanzas de encontrarlos con vida se hayan desvanecido. La investigación continúa, y con ella, la búsqueda de la verdad tras la desaparición del Bruma.
Deja una respuesta