¡La “Ley Uber” Finalmente es Realidad en Chile, Pero… ¿A Qué Precio?
Después de una larga y sinuosa espera, el reglamento de la tan debatida “Ley Uber” ha recibido el visto bueno de la Contraloría General de la República, marcando el inicio de una nueva era para las aplicaciones de transporte remunerado en Chile. Promulgada en abril de 2023, la ley buscaba regularizar un sector en auge, pero ¿lo logrará sin sofocar la innovación y perjudicar a usuarios y conductores?
La legalización era crucial. Se estima que más de 100 mil personas en Chile dependen, parcial o totalmente, de estas aplicaciones para generar ingresos. Además, un estudio reciente revela que cerca de 3,4 millones de chilenos utilizaron plataformas de movilidad en mayo pasado, demostrando la enorme popularidad y necesidad de este servicio. Sin embargo, la letra chica de la regulación genera dudas sobre si realmente impulsa un sistema de transporte moderno y eficiente.
Si bien la formalización y el registro electrónico de empresas y conductores son avances positivos en materia de seguridad para los usuarios, algunas restricciones parecen ancladas en el pasado. ¿Realmente se necesita una cilindrada mínima de 1.4 litros para garantizar la seguridad y reducir la contaminación? Muchos cuestionan esta medida, considerándola innecesaria y limitante. La congelación del número de conductores por 18 meses también genera controversia, frenando la entrada de nuevos participantes y potencialmente impactando en la disponibilidad del servicio, especialmente en zonas rurales.
Otro punto conflictivo es la exigencia de licencia profesional para los conductores, medida que podría tomar meses en concretarse y que muchos consideran excesiva. ¿No existen alternativas menos burocráticas para asegurar la idoneidad de los choferes?
La gran pregunta es si esta regulación, que buscaba modernizar el transporte, no terminará asimilándose al sistema de taxis tradicional, perdiendo la oportunidad de aprovechar al máximo las ventajas de la tecnología. El riesgo de un aumento en las tarifas y una menor disponibilidad del servicio es real, y podría afectar tanto a los usuarios como a los miles de chilenos que encuentran en estas plataformas una fuente de ingresos flexible y valiosa. La “Ley Uber” es un hecho, ahora queda por ver si realmente impulsa la movilidad del futuro o si se convierte en un freno para la innovación.
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