Juan Carlos I Rompe el Silencio Sobre la Muerte de su Hermano

Juan Carlos I Rompe el Silencio: El Día que una Bala Cambió su Destino para Siempre

El rey emérito Juan Carlos I ha revelado en sus memorias el profundo impacto que la trágica muerte de su hermano Alfonso tuvo en su vida. Un suceso que, según confiesa, lo marcó para siempre y del que nunca se recuperó.

En 1956, un fatídico accidente mientras jugaban con una pistola segó la vida del joven Alfonso de Borbón, de tan solo 14 años. La prensa de la época informó sobre el disparo en la cabeza que le causó la muerte instantánea.

Ahora, a 69 años de la tragedia, Juan Carlos I abre su corazón en “Reconciliación”, sus memorias que verán la luz en Francia antes de llegar a España. “No me recuperaré de esta desgracia”, escribe el ex monarca. “La gravedad me acompañará en adelante”.

Bajo el título “El drama”, un breve pero intenso capítulo de dos páginas, Juan Carlos I se sincera sobre un tema del que rara vez habla. Afirma que esta es la primera vez que se expresa públicamente sobre el suceso.

“Lo echo de menos”, confiesa. “Me gustaría tenerlo a mi lado, poder hablar con él. He perdido a un amigo, a un confidente. Dejó un vacío inmenso. Sin su muerte, mi vida habría sido menos sombría, menos infeliz”.

El rey emérito rememora aquel Jueves Santo, 29 de marzo de 1956, cuando jugaban con una pistola calibre 22 que les había regalado un lugarteniente. Un error fatal: creyeron que el arma estaba descargada, pero una bala permanecía en la recámara.

“Se disparó un tiro al aire, la bala rebotó y alcanzó a mi hermano en plena frente. Murió en brazos de nuestro padre”, relata con dolor Juan Carlos I, quien reinó España entre 1975 y 2014.

A pesar del tiempo transcurrido, el recuerdo sigue vivo. “Todavía es difícil hoy hablar de ello”, admite, aunque asegura que piensa en el incidente “todos los días”. El 3 de octubre, día del aniversario de Alfonso, sigue siendo una fecha imborrable.

Tras el funeral, el silencio y el dolor eran palpables. Sin embargo, apenas dos días después, Juan Carlos fue enviado de vuelta a la academia militar. La vida, debía continuar. Una vida marcada para siempre por una tragedia imborrable.

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