Israel se mantiene al margen de la distribución de ayuda en Gaza, pero garantiza la seguridad en medio de la crisis humanitaria
En un giro sorprendente, Israel ha anunciado que no participará directamente en el plan liderado por Estados Unidos para la distribución de ayuda alimentaria en la Franja de Gaza. Sin embargo, el país se compromete a asegurar la protección de la operación en una zona marcada por el conflicto.
El embajador estadounidense en Israel, Mike Huckabee, confirmó en una rueda de prensa que, si bien Israel no intervendrá en la logística de la ayuda, sí jugará un papel crucial en la seguridad militar necesaria. “Los israelíes estarán implicados en proporcionar la seguridad militar necesaria, ya que se trata de una zona de guerra, pero no participarán ni en la distribución de los alimentos ni en su traslado dentro de Gaza”, afirmó Huckabee.
Ante el bloqueo que ha impedido la entrada de suministros esenciales desde el 2 de marzo, Washington ha revelado la creación de una nueva “fundación” que supervisará la entrega de ayuda humanitaria a los 2,4 millones de habitantes de Gaza, quienes dependen críticamente de esta asistencia. Esta iniciativa, que parece desplazar a la ONU y a las ONGs, surge en un momento crítico, tras 19 meses de conflicto entre Israel y Hamas, y ha generado controversia a nivel internacional.
La ONU y diversas organizaciones humanitarias han expresado repetidamente su preocupación por la grave escasez de alimentos, medicinas y combustible que azota Gaza. Huckabee extendió una invitación abierta: “Hacemos un llamado a las Naciones Unidas, a todas las oenegés, a todos los gobiernos… Invitamos a todos los actores interesados a participar en este proceso”, enfatizando la urgencia de implementar el plan. Asimismo, indicó que varios socios ya se han comprometido a colaborar, aunque sus identidades aún no han sido reveladas.
Israel insiste en que no existe una crisis humanitaria en Gaza y argumenta que el bloqueo tiene como objetivo presionar a Hamas para liberar a los rehenes capturados durante el ataque del 7 de octubre de 2023, evento que desencadenó la actual escalada bélica. La seguridad en los puntos de distribución estará a cargo de “proveedores privados”, mientras que el Ejército israelí proporcionará seguridad “a distancia” para protegerlos de los enfrentamientos.
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