¿Un Desfile Militar para Celebrar el Cumpleaños del Presidente Trump? La Polémica Está Servida
El próximo [insertar fecha del desfile] se prepara un despliegue sin precedentes de poderío militar en Washington D.C., pero no todos celebran. El presidente Donald Trump ha planeado un gran desfile militar que coincide, curiosamente, con su cumpleaños, generando un debate nacional sobre el uso de las Fuerzas Armadas y el posible costo para los contribuyentes.
Según relató el propio Trump, durante una conversación con el presidente francés Emmanuel Macron sobre las conmemoraciones del Día D, el mandatario estadounidense cuestionó por qué solo los aliados celebraban el evento, argumentando que Estados Unidos fue el verdadero “vencedor de la guerra”. Esta visión, que algunos críticos tachan de revisionista, ha alimentado la controversia en torno al desfile.
Frente a un público pro-inversión, Trump defendió el papel de Estados Unidos como la nación “más fuerte” del mundo, enumerando conflictos globales como Gaza y Ucrania, y la problemática retirada de Afganistán, como pruebas de la necesidad de su liderazgo. Esta retórica, centrada en la “paz a través de la fuerza”, según Jaime Florez, director de comunicaciones hispano del Partido Republicano, busca reafirmar la imagen de un Estados Unidos poderoso y dispuesto a actuar.
Este enfoque resonó en las elecciones presidenciales de 2024, donde los republicanos capitalizaron la percepción de “debilidad” asociada al entonces presidente Joe Biden. Sin embargo, los críticos advierten sobre la politización del Ejército, una línea que el Departamento de Defensa históricamente ha evitado cruzar.
Fernando Hessel, analista de la Casa Blanca y el Pentágono, señala que el orgullo estadounidense, forjado con “trabajo, disciplina y entrega colectiva”, es único, pero su uso para fines personales puede ser peligroso. La canción “God Bless The USA”, convertida en himno de campaña, y los cánticos de “USA, USA, USA” en los mítines de Trump, son ejemplos de esta apropiación del sentimiento patriótico.
Este no es el primer intento de Trump de organizar un desfile militar. En 2018, canceló un evento similar para el Día de los Veteranos debido a los altos costos y la oposición del Pentágono. En 2019, durante el Día de la Independencia, desplegó tanques y aeronaves militares en Washington D.C., un evento que costó millones de dólares y se vio empañado por la lluvia.
Ahora, tras una renovada relación con la alcaldesa Muriel Bowser, Trump busca celebrar los 250 años de historia del Ejército estadounidense con un despliegue masivo de poderío. “Es mi cumpleaños, pero no estoy celebrando mi cumpleaños, estoy celebrando el Día de la Bandera”, declaró Trump, aunque el evento incluirá un saludo especial de los paracaidistas Golden Knights.
Marcel Kaminstein, de Tactic Global, defiende el desfile como un “gesto de gratitud” hacia el Ejército, mientras que Sonia Schott, analista política, sugiere que refleja el deseo de Trump de “romper con esquemas pasados y establecer su propia hoja de ruta al gobernar.”
Con un presupuesto estimado entre 25 y 45 millones de dólares, el desfile ha generado preocupación entre legisladores, especialmente en un momento de recortes presupuestarios a agencias federales. El evento contará con tanques Abrams, vehículos Stryker, bombarderos de la Segunda Guerra Mundial, helicópteros, miles de soldados y hasta animales.
El recorrido comenzará en el Pentágono, pasará por el National Mall y culminará en el monumento a George Washington con fuegos artificiales y conciertos. Mientras tanto, se han levantado vallas de seguridad en Washington D.C. ante las protestas convocadas bajo el lema “No Kings Day”, a las que Trump ha prometido responder con “una fuerza pesada”.
El debate está abierto: ¿es este desfile una merecida celebración del Ejército estadounidense o una costosa exhibición de poder con fines políticos? La respuesta, como suele suceder con Donald Trump, es objeto de intensa controversia.
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