Crítica musical: ¿Está muriendo?

La Crisis de la Crítica Musical en la Era Digital: ¿Opinión vs. Expertise?

La democratización de las redes sociales ha desdibujado las líneas entre la opinión informada y el juicio apresurado. En un mar de contenido generado por usuarios, las voces autorizadas luchan por destacar entre la multitud de “expertos” autoproclamados, muchos de los cuales se asemejan a vendedores de humo digitales. La inteligencia artificial solo agrava este problema, dificultando aún más la distinción entre información veraz y engaño. ¿El resultado? Una audiencia que, a menudo, confía ciegamente en lo que ve en Facebook, sin discernir la calidad o la fuente.

Para el periodismo musical y la crítica, esta situación se agrava aún más por prácticas poco éticas. Abundan los autodenominados “periodistas” musicales sin formación académica, que priorizan el fanatismo personal sobre el rigor profesional. Una cosa es escribir desde la pasión, otra muy distinta es hacerlo con la base sólida de una educación y experiencia profesional.

La copia y pega de información sin verificación ni atribución se ha convertido en una práctica alarmante, incluso en medios de comunicación de renombre. La transparencia en la procedencia de la información es crucial. Si las instituciones establecidas no cumplen con este principio básico, ¿qué podemos esperar del resto, cuyas nociones de ética informativa se basan en la repetición acrítica de ideas preconcebidas?

La crítica musical se enfrenta a una encrucijada, adaptándose a un entorno precario mediante la suavización de juicios. Sitios como Metacritic, un agregador de reseñas de videojuegos, cine, televisión y música, muestran una sorprendente escasez de evaluaciones negativas de álbumes. ¿Refleja esto una era dorada de la música? No necesariamente. Más bien, podría ser un acto de supervivencia por parte de editores y periodistas que buscan mantener buenas relaciones con artistas, sellos discográficos y productoras, cada vez más protectores de su imagen pública.

Esta actitud complaciente también puede ser una forma de evitar el “trolleo” y el acoso en línea. Sin embargo, la crítica musical en Chile a menudo se considera perjudicial para la industria, lo que demuestra una comprensión limitada de su verdadero propósito. La crítica constructiva no se trata de encontrar fallas en todo, sino de contextualizar el desarrollo artístico, destacando tanto sus fortalezas como sus debilidades.

En resumen, la credibilidad y el papel legítimo de la crítica como catalizador y guía cultural están en juego. El miedo a ofender ha llevado a una burbuja de evaluaciones mediocres y complacientes que perjudican a todos.

Esta tendencia a los elogios fáciles no solo afecta la integridad de la crítica, sino que también impide que los artistas reciban la retroalimentación necesaria para crecer y mejorar. Si todo es “bueno”, nada destaca.

Cada componente de la industria musical tiene un propósito. Necesitamos promotores entusiastas, como las estaciones de radio, que generen interés en los artistas. Pero también necesitamos una crítica informada e imparcial que ofrezca una evaluación honesta. La condescendencia no construye una escena musical sólida.

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