[Imagen de la UCI del Hospital El Carmen de Maipú]
Urgente: Crisis Hospitalaria en Chile Deja Unidades de Cuidados Intensivos Fuera de Servicio y Pacientes en Riesgo
La salud pública en Chile se encuentra en una situación crítica. Desde principios de enero, la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital El Carmen de Maipú permanece inoperativa debido a fallas en el sistema de aire acondicionado. Esta alarmante situación, que ya fue reportada por este medio, ha generado un caos para pacientes y personal médico, forzando derivaciones a otros hospitales y la cancelación de cirugías esenciales. ¿Quién responde por la salud de los pacientes más vulnerables?
Pero la pesadilla no termina aquí. El Hospital Carlos van Buren, en Valparaíso, enfrenta una crisis aún más profunda. Ahogado por deudas masivas, el hospital sufre una grave escasez de suministros básicos, lo que resulta en la constante suspensión de cirugías y consultas, así como en la interrupción de la entrega de medicamentos vitales. Profesionales del hospital describen la situación como “catastrófica” y exigen la intervención inmediata de las autoridades. Los esfuerzos de gestión, aunque existentes, parecen insuficientes para contener esta crisis que consume al hospital.
La realidad es innegable: la crisis en el Hospital El Carmen y el Hospital Van Buren no son casos aislados. A lo largo de Chile, los hospitales públicos luchan contra dificultades constantes, afectando la calidad de vida de millones de personas que dependen de estos servicios. El senador Juan Luis Castro, ex presidente de la Comisión de Salud del Senado, advierte que la crisis se extiende a los 60 grandes hospitales del país. ¿Es este el futuro de la salud pública en Chile?
Resulta sorprendente el silencio del gobierno y de gran parte de la clase política ante esta crisis. La atención parece estar desviada hacia los problemas del sector privado, como la crisis de las Isapres, mientras que la principal preocupación en materia de salud pública, que afecta a la mayoría de la población, permanece en la sombra. Esta falta de atención solo agrava la situación y dificulta la búsqueda de soluciones.
Es hora de un debate profundo y honesto sobre los problemas estructurales que aquejan a nuestros hospitales públicos. Si bien la falta de recursos es un factor clave, también es evidente que existen grandes oportunidades de mejora en la gestión. En el caso del Hospital Van Buren, es inaceptable que los recursos asignados no se hayan entregado a tiempo por la autoridad sanitaria regional.
La presión sobre los presupuestos hospitalarios es constante. Para septiembre, muchos hospitales ya han agotado sus fondos anuales, obligando al gobierno a realizar suplementos extraordinarios. Al cierre del primer semestre de 2024, la deuda de la red hospitalaria superó los 112 mil millones de pesos, un aumento del 147% en comparación con el año anterior. A pesar de los esfuerzos, estos montos no logran disminuirse significativamente. ¿Cómo romper este ciclo vicioso y garantizar una salud pública digna para todos los chilenos?
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