Remezón en Clínica Las Condes: Nueva administración inicia reestructuración con despidos y plan de rescate
A solo tres meses de la toma de control por parte de Indisa y Euroamérica, Clínica Las Condes (CLC) ha iniciado una profunda reorganización interna, marcando un nuevo capítulo tras años de turbulencia. La medida principal hasta ahora ha sido una racionalización de costos que inevitablemente ha llevado a la supresión de puestos de trabajo.
Fuentes internas confirman que cerca de un centenar de empleados, principalmente del área administrativa, recibieron la notificación de despido el lunes. Este ajuste de personal busca optimizar la estructura tras la adquisición del paquete accionario mayoritario del grupo Auguri, liderado por Cecilia Karlezi, en enero pasado.
Según su memoria anual, CLC cerró el 2024 con una plantilla de 2.863 trabajadores. La estructura incluía desde alta gerencia hasta personal auxiliar, pasando por un importante número de profesionales de la salud (médicos, enfermeros, etc.) que sumaban 1.086. La nueva administración busca ahora una mayor eficiencia en la gestión.
La adquisición por parte de Clínica Indisa y Euroamérica, por un total de US$40 millones, puso fin a un período marcado por la disminución de ingresos, la fuga de profesionales y el deterioro de la calificación de riesgo de CLC. Carlos Kubick asumió como presidente y Pablo Yarmush como gerente general, liderando esta nueva etapa.
Aunque se anticipaba una reestructuración, la nueva administración optó por un período de análisis y adaptación antes de implementar los cambios. Las desvinculaciones se concentraron en mandos medios y jefaturas, buscando eliminar duplicidades y agilizar la organización.
Según un médico cercano a la situación, la medida busca simplificar una estructura que se había vuelto “pesada”. En contraste, la clínica tiene como objetivo incorporar alrededor de 150 nuevos médicos este año, revirtiendo la tendencia de fuga de talentos. De hecho, 85 médicos que habían abandonado CLC durante la gestión anterior ya han regresado.
Este proceso de reestructuración coincide con la inminente fijación del precio y el calendario para un aumento de capital de $45 mil millones (US$48 millones), aprobado en marzo. Los fondos se destinarán a un ambicioso plan de negocios con tres pilares: reposicionar a CLC como centro de alta complejidad, fortalecer los servicios de urgencia y expandir la atención al sector público.
La meta final es clara: generar un Ebitda positivo en el último trimestre de 2025 y alcanzar tasas de crecimiento superiores al 10% anual entre 2026 y 2029. La clave, según su informe financiero, reside en una mayor actividad clínica y un estricto plan de eficiencia en gastos.
Sin embargo, el plan de despidos no ha estado exento de controversia. Fuentes internas expresan “desconcierto” y cuestionan la oportunidad de la medida, argumentando que podría no ser el momento adecuado para reducir personal a menos que existan razones de peso que lo justifiquen. El futuro de CLC está en juego, y la nueva administración deberá equilibrar la eficiencia con el clima laboral para lograr sus objetivos.
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