¿Tregua a la vista? EE.UU. y China retoman el diálogo comercial en Suiza
Las dos economías más grandes del mundo, Estados Unidos y China, se sentarán a la mesa de negociaciones este sábado en Suiza, en un intento por rebajar la tensión que ha escalado la guerra arancelaria entre ambos gigantes. Este encuentro marca un punto de inflexión en las relaciones comerciales bilaterales, tras la imposición mutua de aranceles que han sacudido los mercados globales.
Esta es la primera conversación formal entre Washington y Beijing desde que la administración del ex presidente Donald Trump implementó un arancel del 145% a productos chinos, lo que desató una respuesta contundente de China con un arancel de represalia del 125%. ¿Podrá este diálogo en Ginebra, ciudad conocida por su tradición diplomática, ser el inicio de una nueva era en el comercio global?
Funcionarios chinos confirmaron el miércoles que la reunión fue solicitada por la administración Trump. Sin embargo, Beijing ha negado haber buscado activamente estas negociaciones, afirmando que actualmente están evaluando las propuestas presentadas por Estados Unidos. La postura de China parece ser cautelosa, pero la disposición a dialogar sugiere un interés en encontrar una solución.
El equipo estadounidense estará liderado por Scott Bessent, secretario del Tesoro, y Jamieson Greer, representante comercial de Estados Unidos. Bessent, en una reciente entrevista, describió los aranceles actuales como “el equivalente a un embargo” y enfatizó la necesidad de un “comercio justo”, desmintiendo intenciones de “desvinculación”.
Por su parte, el viceprimer ministro chino, He Lifeng, representará a Beijing. Lin Jian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, dejó claro en X (anteriormente Twitter) que China se opondrá firmemente a los aranceles estadounidenses y solo participará en un diálogo basado en “igualdad, respeto y beneficio mutuo”.
“Presionar o coaccionar a China de cualquier manera simplemente no funciona”, advirtió Lin, subrayando la determinación de China de “salvaguardar resueltamente sus legítimos intereses”. Esta postura firme establece un escenario desafiante para las negociaciones.
Trump, por su parte, respondió a las declaraciones chinas sobre quién inició la guerra arancelaria con un dejo de ironía: “¿Dijeron que nosotros iniciamos? Bueno, creo que deberían revisar sus archivos, ¿de acuerdo?”. La disputa sobre los orígenes de la tensión comercial añade una capa de complejidad a la ya delicada situación.
Al ser consultado sobre sus expectativas para la reunión, Trump declaró: “Ya veremos… estábamos perdiendo un billón de dólares al año, ahora no perdemos nada, ¿sabe? Así lo veo”. La administración Trump ha mantenido una postura de firmeza, argumentando que China necesita el mercado estadounidense para sus exportaciones.
En medio de la incertidumbre, empresas e inversores aguardan con expectación cualquier señal de distensión entre Estados Unidos y China. La prolongación de la guerra comercial genera temores sobre un posible impacto negativo en la economía global, haciendo de estas conversaciones en Suiza un evento crucial para el futuro del comercio internacional.
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