Lula y Xi Jinping Unen Fuerzas en Beijing: ¿Un Nuevo Eje de Poder Global?
En un movimiento que sacude el tablero geopolítico, el presidente brasileño Lula da Silva se encuentra en Beijing por segunda vez en su tercer mandato, reuniéndose con el líder chino Xi Jinping tras su encuentro en Moscú durante las celebraciones del Día de la Victoria. Este acercamiento busca fortalecer los lazos comerciales y diplomáticos entre Brasil y China, en un momento en que el gigante asiático intensifica su presencia en América Latina.
El encuentro consolida una relación que ya se vislumbraba desde la visita de Xi a Brasilia el pasado noviembre, donde se firmaron numerosos acuerdos de cooperación. El contexto actual, marcado por las tensiones comerciales con Estados Unidos, parece impulsar aún más esta alianza estratégica. Lula ha sido crítico con las políticas de Washington, denunciando la “intimidación” estadounidense, abriendo la puerta a una mayor cooperación con China.
Analistas hablan de una floreciente “alianza de la soja”, impulsada por la creciente demanda china de este producto. Recientemente, China levantó las restricciones a cinco empresas brasileñas, un gesto que subraya la importancia del mercado brasileño para el gigante asiático. La visita de Lula coincide con la presencia en China de otros líderes latinoamericanos, como los presidentes de Chile, Gabriel Boric, y Colombia, Gustavo Petro, así como los cancilleres de Argentina, Perú, Venezuela, México y Cuba, consolidando una semana clave para la diplomacia china en la región.
La creciente influencia china en América Latina se produce en un contexto de percibido “abandono” de la región por parte de la diplomacia estadounidense. Las políticas arancelarias de la era Trump han acelerado este proceso, generando un vacío que China busca llenar. El canciller chino Wang Yi ha criticado las “sanciones unilaterales y el acoso hegemónico” que, según él, afectan el desarrollo económico de los países latinoamericanos.
China se presenta como una alternativa a la “nueva Doctrina Monroe”, defendiendo la independencia y autodeterminación de los países de la región. Sin embargo, el avance chino genera desconfianza en Washington, que advierte sobre los riesgos de la “lógica del doble uso” de infraestructuras civiles que podrían tener aplicaciones estratégicas o militares al servicio de Beijing.
China ha organizado el Cuarto Foro Ministerial China-CELAC en Beijing, evento que reúne a presidentes y cancilleres de la región. La elección de la CELAC, que excluye a Estados Unidos y Canadá, subraya la intención de China de construir una relación autónoma con América Latina.
La delegación brasileña a China incluye a 400 empresarios, con una fuerte representación del sector agroindustrial, liderados por el ministro de Agricultura, Carlos Fávaro. El objetivo es diversificar las exportaciones brasileñas más allá de la soja y la carne, aprovechando las oportunidades que ofrece la crisis comercial con Estados Unidos. Nueve sectores clave de la exportación brasileña están representados, abarcando desde la producción de carne vacuna y avícola hasta el café, el algodón y la biotecnología.
El comercio de bienes entre China y América Latina ha experimentado un crecimiento exponencial, alcanzando casi 519 mil millones de dólares en 2024, el doble del valor de hace una década. Proyectos como el megapuerto de Chancay, en Perú, financiado con capital chino, buscan consolidar esta relación, reduciendo los tiempos y costos de las exportaciones peruanas a Asia. Bolivia también ha firmado acuerdos para la industrialización del litio, con la mirada puesta en el ambicioso proyecto del tren bioceánico que uniría Brasil y Perú, impulsado por la inversión china.
Brasil ha recibido más de 70 mil millones de dólares en inversiones chinas, destinadas principalmente a sectores estratégicos como el transporte ferroviario, los automóviles eléctricos y la energía.
Más allá de lo comercial, Lula da Silva ve en Xi Jinping un aliado para reequilibrar el poder mundial, buscando un contrapeso geopolítico a la hegemonía estadounidense. Diversificar las alianzas de Brasil y reducir la dependencia de Washington son elementos clave de la estrategia de Lula para reafirmar el liderazgo de Brasil en un mundo multipolar.
Lula ha expresado su rechazo a la idea de que Brasil sea el “patio trasero” de Estados Unidos, defendiendo el derecho de su país a ser tratado con respeto. El ministro de Agricultura brasileño, Carlos Favaro, ha destacado la importancia de ampliar los lazos de amistad y comercio con China en un momento de inestabilidad comercial global.
Deja una respuesta