Cáncer: Alerta por retraso en atención de jóvenes (25-39)

Alarma en Chile: Aumentan los Retrasos GES en Cáncer y Afectan Desproporcionadamente a Mujeres Jóvenes

Un nuevo análisis del Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud (CIPS-UDD) revela un preocupante aumento en los retrasos de las atenciones GES para pacientes con cáncer. La herramienta desarrollada por CIPS-UDD permite identificar las edades y géneros más afectados, pintando un panorama inquietante sobre el acceso oportuno al tratamiento oncológico en Chile. Descubre cómo estos retrasos impactan de manera desigual a la población.

Desde 2019, los retrasos en las atenciones oncológicas han ido en aumento, afectando tanto a hombres como a mujeres. Aunque el incremento entre 2023 y 2024 se moderó (4% en mujeres y 7% en hombres), la lista de espera sigue creciendo, con un impacto diferenciado según la edad y el género. ¿Qué factores están contribuyendo a esta crisis en el sistema de salud?

Cáncer en Jóvenes: Aumentan los Retrasos en el Grupo de 25 a 39 Años

El último trimestre de 2024 registró más de 15,000 prestaciones oncológicas GES retrasadas. Paula Daza, directora ejecutiva del CIPS-UDD, señala que “el 73% de los atrasos corresponde a mujeres, y el cáncer de mama lidera estas prestaciones”. La situación es especialmente crítica para las mujeres jóvenes.

Comparado con el último trimestre de 2019, el aumento de retrasos alcanza un alarmante 550% en mujeres y un 364% en hombres. Si bien los mayores retrasos se concentran entre los 45 y 74 años, el incremento en mujeres jóvenes, de 25 a 39 años, es particularmente preocupante. Este fenómeno está ligado al aumento de casos de cáncer cervicouterino y de mama en edades más tempranas. “Estamos viendo un aumento del cáncer de mama en mujeres jóvenes, con casos más agresivos”, advierte Daza.

La postergación de controles durante la pandemia podría ser una de las causas de este aumento. Además, Daza recuerda que el Papanicolau (PAP) se inicia a los 25 años, precisamente en los grupos donde se registra este incremento. ¿Deberíamos replantearnos la edad para comenzar los exámenes preventivos?

Este escenario ha reabierto el debate sobre la edad para iniciar las mamografías, actualmente incluidas en el programa GES a partir de los 50 años. “Tal vez deberíamos considerar bajarla a los 40 para una detección precoz”, propone Daza. ¿Es hora de actualizar las políticas de salud preventiva?

Radiografía de los Atrasos: ¿Quiénes Esperan Más?

Los datos del CIPS-UDD revelan que las personas entre 45 y 74 años concentran la mayor parte de los retrasos GES en cáncer, acumulando más de 11,300 prestaciones pendientes, lo que equivale a tres de cada cuatro atenciones en espera. Dentro de este grupo, las personas de 60 a 69 años representan más del 20% de la lista de espera total.

Sin embargo, el análisis revela un aumento explosivo en los retrasos desde 2019 en personas más jóvenes. Los casos en el grupo de 35 a 39 años crecieron un 733%, mientras que en el tramo de 30 a 34 años el alza fue de 678%, y en el de 25 a 29 años, de 543%. En estos rangos etarios, los cánceres de cuello uterino y mama son los más frecuentes. “Es importante saber que existe el cáncer en personas jóvenes, incluso menores de 30 años”, advierte la doctora Itriago.

Esta falta de conciencia puede llevar a controles más tardíos o diagnósticos postergados, resultando en tratamientos más agresivos y menor sobrevida. Los especialistas coinciden en que la prevención y la información deben adaptarse a esta nueva realidad. ¿Cómo podemos mejorar la educación y la concienciación sobre el cáncer en jóvenes?

En los grupos de 70 años o más, el cáncer colorrectal sigue siendo el principal problema. En el tramo de 70 a 74 años, el 47,7% de los atrasos corresponde a esta enfermedad. ¿Qué medidas específicas se pueden implementar para abordar el cáncer colorrectal en adultos mayores?

Uno de los aspectos más preocupantes es que el 63% de los retrasos corresponden a diagnóstico, mientras que más del 30% son en tratamiento. “Esto tiene consecuencias graves: un diagnóstico tardío generalmente implica un cáncer más avanzado, lo que se traduce en tratamientos más agresivos, peor pronóstico y menor sobrevida”, explica la Dra. Paula Daza.

Brechas de Género: ¿Cómo Afecta el Cáncer a Hombres y Mujeres?

Los datos del CIPS-UDD confirman una brecha importante entre hombres y mujeres en los tipos de cáncer con más prestaciones GES retrasadas. La Dra. Laura Itriago, oncóloga médica, sugiere que una posible explicación para este mayor retraso en mujeres podría ser la postergación de controles durante la pandemia.

El aumento de casos en mujeres jóvenes, especialmente en cáncer de mama y cervicouterino, también presenta desafíos médicos. Aunque la edad influye en el tratamiento, el mayor problema sigue siendo el diagnóstico tardío. “La biología de un tumor a los 30 años puede ser distinta a la de un tumor a los 50 años, por lo tanto, los tratamientos serían distintos. Pero independientemente de la edad, el diagnóstico precoz siempre marca la opción de tener un tratamiento curativo”, afirma la Dra. Itriago.

En el caso de los mayores de 70 años, la situación es crítica debido al aumento del cáncer colorrectal. El Dr. Francisco López, jefe del Centro de Cáncer Clínica UAndes, destaca que este tipo de cáncer “ha aumentado mucho su incidencia” y que existen alternativas efectivas de prevención y diagnóstico temprano que se deberían replicar.

Diagnóstico vs. Tratamiento: ¿Dónde se Atora el Sistema?

Los datos muestran que el 68,5% de los atrasos en cáncer en mujeres corresponde a prestaciones de diagnóstico, mientras que solo el 26,3% son de tratamiento. En contraste, en hombres la mayoría de los retrasos corresponden al tratamiento. ¿Por qué esta diferencia?

Entre 2019 y 2024, las prestaciones diagnósticas con retraso en mujeres aumentaron un 645%, mientras que las de tratamiento lo hicieron en un 406%. Aunque el tamizaje y el seguimiento representan un porcentaje menor, fueron los que más crecieron proporcionalmente. Sin embargo, entre 2023 y 2024, las atenciones de tamizaje disminuyeron un 64%, lo que es preocupante.

Este cuello de botella en el diagnóstico puede tener consecuencias graves. “Un diagnóstico tardío generalmente implica un cáncer más avanzado, lo que se traduce en tratamientos más agresivos, peor pronóstico y menor sobrevida”, advierte Daza. Un diagnóstico precoz puede aumentar la sobrevida al 90%, mientras que uno tardío la puede reducir al 30%.

Las causas detrás de estos retrasos son múltiples, incluyendo la falta de especialistas en el sistema público y la poca coordinación entre atención primaria y secundaria. Además, la activación del segundo prestador aún recae en el paciente.

El CIPS-UDD busca visibilizar los grupos más afectados por los atrasos GES en cáncer y está trabajando con municipalidades para mejorar la gestión y el acompañamiento a los pacientes. “El municipio puede jugar un rol clave al acompañar a los ciudadanos y facilitar el acceso”, concluye Daza. ¿Cómo pueden los municipios marcar la diferencia en la lucha contra el cáncer?

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