La polémica por la fallida compra de la casa de Salvador Allende sigue generando olas en la política chilena. Constanza Martínez, presidenta del Frente Amplio (FA), insiste en que ya se han asumido responsabilidades políticas y administrativas tras la crisis que costó el puesto a la ex ministra Maya Fernández y a la senadora Isabel Allende. ¿Pero es suficiente?
La declaración clave de Francisca Moya, jefa de la División Jurídico Administrativa de la Segpres, ha reavivado el debate. Moya admitió ante la comisión de Constitución que conocía la inviabilidad de la compra, pero justificó su silencio argumentando que no era su rol informar directamente al Presidente Boric. Esta revelación desató la furia de la oposición, exigiendo su renuncia inmediata. Sin embargo, el gobierno ha respaldado a la abogada, quien permanece en su cargo.
En entrevista con “El Primer Café” de Cooperativa, Constanza Martínez defendió la gestión del gobierno frente a este caso. “Este es un caso que ya lleva varios meses y que ha tenido responsabilidades políticas y también responsabilidades administrativas”, señaló, enfatizando que se han tomado medidas y realizado análisis críticos desde el inicio, incluyendo un mea culpa del propio Presidente.
Martínez criticó la persistencia de la oposición en exigir nuevas acciones, sugiriendo que “al parecer nunca bastan (las medidas), porque siempre se exigen nuevas acusaciones constitucionales”. Recordó que las críticas se han centrado en diferentes figuras a lo largo del tiempo, desde Leonardo Moreno hasta la ex ministra Fernández, y que en cada caso se han tomado medidas.
La presidenta del FA concluyó que, si bien se han tomado medidas y se ha realizado una autocrítica, es necesario buscar formas de modernizar el Estado. Subrayó que no ha habido complacencia ni defensa férrea, sino un esfuerzo por clarificar el caso, aunque reconoció que aún faltan elementos para llegar a una definición definitiva. La pregunta que queda en el aire es: ¿Logrará el gobierno cerrar este capítulo de una vez por todas? Este caso Allende sigue siendo un dolor de cabeza para la administración Boric.
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