Alergias infantiles: El duro coste emocional para las madres

El Sacrificio Silencioso: La “Dieta del Amor” que Pocos Conocen

Cuando pensamos en “dieta”, la imagen que suele venir a la mente es la de la restricción para alcanzar un ideal estético. Pero existe una dieta mucho más exigente y silenciosa, impulsada por el amor más puro: la “dieta del amor”.

¿De qué se trata? Es la dieta de exclusión que muchas madres adoptan cuando sus bebés sufren alergias alimentarias, especialmente la alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV). Para proteger a sus pequeños, eliminan drásticamente de su alimentación los lácteos y cualquier traza de alérgenos, asegurándose de que no lleguen al bebé a través de la leche materna.

A primera vista, puede parecer un pequeño ajuste. Pero la realidad es que esta “dieta del amor” implica un torbellino de desafíos físicos y emocionales para la madre. No se trata solo de renunciar a ciertos alimentos.

Es crucial entender que optar por la fórmula no implica menos amor. Cada madre toma la mejor decisión para su familia, considerando factores como la economía, el acceso a alimentos adecuados, el apoyo familiar y, fundamentalmente, su propia salud física y mental.

Romina, una amiga cercana, lo resume así: “Cuando diagnosticaron la alergia de mi hijo, pensé que sería fácil, ¡había sido vegana! Pero esta dieta es extrema. Lo peor es el impacto social. Comer fuera es casi imposible, las visitas se complican. Ver a todos disfrutar un pastel y tú sin poder probarlo… frustrante, pero lo hago por mi hijo.”

El peligro oculto: las consecuencias para la salud materna. Sin la guía adecuada, esta dieta puede provocar deficiencias nutricionales graves: falta de proteínas, calcio, hierro, vitamina D y ácidos grasos esenciales. La lactancia ya consume mucha energía, y las restricciones alimentarias pueden llevar al agotamiento, fatiga, mareos e incluso afectar la producción de leche. Además, los cambios bruscos en la alimentación pueden causar problemas gastrointestinales.

La carga emocional es inmensa. La estricta dieta, combinada con el cuidado del bebé, genera estrés y ansiedad constantes. Muchas madres se sienten culpables por cualquier error en su alimentación, desarrollando una obsesión por controlar cada bocado. La vida social se desmorona, el miedo a no encontrar opciones seguras aísla a las madres de sus seres queridos.

La psicóloga Fernanda Mena, de la Clínica Libre Vivir, subraya la importancia del apoyo psicológico: “La restricción activa el sistema nervioso, genera ansiedad y culpa, afectando la relación con la comida. Un espacio terapéutico ayuda a gestionar el estrés, mantener el equilibrio y fomentar el autocuidado en esta etapa tan demandante.”

Si la restricción se prolonga, la relación con la comida se vuelve tensa. El acto de amor se transforma en ansiedad, el miedo a equivocarse supera el placer de comer. Esto puede desencadenar trastornos alimentarios, obsesión por el control y la imagen corporal. Los comentarios externos sobre el peso o el “riesgo” de comer ciertos alimentos pueden agravar estos temores, convirtiendo la dieta en una prisión mental. Sumado a la falta de sueño y las exigencias de la maternidad, el riesgo de depresión posparto aumenta significativamente.

El amor de una madre es infinito, pero también lo es la carga que soporta en silencio. Por eso, es vital que las madres que siguen la “dieta del amor” no estén solas. La supervisión de un nutricionista especializado ayuda a prevenir deficiencias nutricionales, y el acompañamiento psicológico es clave para manejar la ansiedad y la culpa. El apoyo de la pareja, la familia y grupos de madres en situaciones similares facilita el proceso. La información sobre alternativas seguras y variadas permite mantener una alimentación equilibrada sin riesgos.

La “dieta del amor” es un acto de entrega inmenso. Pero ese amor debe extenderse también a la madre. Cuidar de ella implica reconocer su bienestar emocional y físico. En medio de tanto sacrificio, no debemos permitir que se pierda a sí misma. Es fundamental que las madres reciban el apoyo y la comprensión que necesitan para mantener su salud y felicidad, recordando que su bienestar es igualmente importante. Solo así podrán seguir brindando ese amor incondicional sin descuidar su propia identidad y necesidades.

Carolina es Nutricionista especialista en Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y autora del libro “Te lo digo porque te quiero: derribando estereotipos estéticos en salud”.

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