Adolescencia: Cuando un “Like” Vale Más Que Mil Palabras (Y Cómo Ayudar a Tus Hijos a Navegarla)
Un segundo. Eso bastó. Una bandeja caída, una humillación grabada, la viralización instantánea. Lo que se planeó como una “broma de bienvenida” en el colegio, se convirtió en la peor pesadilla de un adolescente, impulsándolo a rechazar la escuela. La psicóloga Jacqueline Deutsch Galatzan, autora del libro *El viaje adolescente*, revela que esta historia, lamentablemente común, es un reflejo brutal de la realidad juvenil actual: vivir bajo el microscopio implacable de las redes sociales y la constante necesidad de validación.
Pero la historia no termina ahí. A menudo, los padres, con sus propias experiencias y expectativas, luchan por comprender la sensibilidad de sus hijos. ¿El resultado? Una brecha generacional que Deutsch busca cerrar. En su libro, esta experimentada psicóloga desvela los desafíos de la adolescencia y ofrece a los padres una hoja de ruta para repensar su rol, alejándose de ideas preconcebidas y abrazando una nueva forma de conexión.
¿Crees que la adolescencia es sinónimo de conflicto? ¿Piensas que solo hay que “aguantar” hasta que “se les pase”? Deutsch desafía estas creencias arraigadas. En su consulta, observa jóvenes que se sienten “fallidos” simplemente por ser adolescentes, y padres que enfrentan esta etapa con miedo e incomodidad. Su libro es una invitación a comprender la adolescencia como un proceso legítimo, un viaje de descubrimiento que no tiene por qué ser un campo de batalla.
“Existe un abismo entre lo que un adolescente quiere decir y lo que sus padres entienden”, explica Deutsch. Los prejuicios distorsionan la comunicación, impidiendo que los adultos vean a la persona en construcción que necesita apoyo, escucha y seguridad. La clave está en reconocer ese abismo y construir puentes de entendimiento.
¿Por qué la serie “Adolescente” de Netflix arrasó en el mundo? Para Deutsch, su éxito radica en la revelación de un “submundo” desconocido para muchos padres. “Pensábamos que estaban seguros en su habitación, pero no sabíamos a qué estaban expuestos”, comenta, destacando la importancia de comprender los peligros online.
No se trata solo de “no hablar con extraños”, sino de navegar un mundo digital donde la validación se mide en “likes” y la presión por la perfección es asfixiante. Deutsch advierte sobre el impacto en la salud mental, desde la adicción a la dopamina que generan videos cortos como los de TikTok (comparable al consumo de cocaína, según estudios de neuroimagen), hasta la fragilidad emocional que produce la sobreexposición a imágenes idealizadas.
De Piloto a Copiloto: Un Cambio de Roles Necesario
Deutsch utiliza una poderosa metáfora: pasar de ser el “piloto” de la vida de tu hijo a convertirte en su “copiloto”. ¿Qué significa esto? Dejar de controlar y empezar a acompañar. Ceder las llaves, permitiendo la autonomía, pero sin abandonar el asiento del copiloto.
¿Cómo acompañar sin perder autoridad? “Elegir las batallas”, aconseja Deutsch. Ceder en lo superficial (el piercing, el color del pelo), pero ser firmes en lo esencial (con quién se relacionan, hasta qué hora salen). El truco está en evitar discusiones triviales y enfocarse en construir una relación de confianza.
La clave para construir esa confianza está en la comunicación. ¿Cómo fuiste criado tú? ¿Qué inseguridades o expectativas te impulsan? A menudo, lo que imponemos a nuestros hijos no tiene que ver con sus necesidades reales, sino con nuestra propia necesidad de control. Es crucial ser conscientes de esto y comunicar desde un lugar de empatía, evitando frases como “cuando yo tenía tu edad…”, que solo generan resistencia.
Los límites, bien definidos y comunicados, son esenciales. Dan seguridad al adolescente, que necesita saber hasta dónde puede llegar. Desafían los límites para comprobar si existe un marco claro. La ausencia de este marco puede llevar a conductas de riesgo.
La adolescencia es un proceso fisiológico y cerebral profundo. La neurociencia revela que los cambios más significativos ocurren en el cerebro, afectando el apego y reforzando los vínculos con los pares. Por eso los amigos se vuelven tan importantes y la vigilancia de los adultos genera tanta resistencia.
No es necesario insistir si se encierran en su habitación. A veces, basta con dejar un mensaje sutilmente, o establecer acuerdos que respeten su espacio pero mantengan el vínculo. Por ejemplo, permitir que estén en su habitación un rato, pero exigir que bajen a comer sin celulares. La coherencia es fundamental.
El objetivo del libro de Deutsch es claro: invitar a los padres a conectar más que a corregir. A entender que ser adolescente hoy es un desafío enorme, lleno de presiones internas y externas. Ofrecer una mirada empática y compasiva, mostrando que los adultos también tienen un rol fundamental en este proceso de individuación.
El viaje adolescente es un viaje compartido. No solo del hijo, sino también del adulto que lo acompaña. Requiere sabiduría, paciencia y, sobre todo, la voluntad de soltar el control y abrazar la aventura con una mente abierta. Porque, al final del día, están juntos en esto.
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