[Imagen de Alberto Larraín y el Presidente Boric]
Escándalo ProCultura: ¿Financiamiento Irregular Alcanza la Campaña Presidencial?
Nuevas filtraciones en el caso ProCultura, que involucra la fundación liderada por Alberto Larraín, cercano al Presidente Boric, y su repentino acceso a fondos públicos masivos, están generando un terremoto político. Estas revelaciones explicarían el intento de parlamentarios oficialistas por remover al fiscal Patricio Cooper, a cargo de la investigación.
Las pesquisas de la PDI, mediante interceptaciones telefónicas, apuntan a presuntos delitos de fraude al fisco, tráfico de influencias y lavado de activos. Lo que inicialmente parecía una red de fundaciones fachada, ahora revela una arista aún más explosiva: un posible esquema de financiamiento irregular de campañas políticas, incluyendo la del propio Presidente Boric.
Las transcripciones de las conversaciones sugieren que fondos estatales destinados a ProCultura habrían sido utilizados para saldar deudas de la campaña presidencial. Este nuevo capítulo se suma al ya extenso caso Fundaciones, alimentando la percepción de una generación política que vio en el poder una oportunidad para lucrar con recursos públicos, financiando actividades políticas y asegurando su futuro. Un círculo de amigos y cómplices que, presuntamente, buscó la captura del Estado sin escrúpulos.
La pregunta clave es: ¿Dónde está el dinero desaparecido? Decenas de miles de millones de pesos que, inevitablemente, fueron a parar a manos de alguien. Aquellos jóvenes idealistas, que criticaron la transición y prometieron una superioridad moral, parecen haber sucumbido rápidamente a las prácticas que tanto denunciaron.
Aún no les ha dado tiempo de adaptarse, y al parecer, ya tenían un esquema montado para saquear el Estado. Han drenado recursos públicos sin contemplaciones y utilizado el aparato estatal como una agencia de empleo. Pero para emular a los políticos tradicionales, les falta una última prueba: convencer al sistema de que sus irregularidades son generalizadas, buscando un pacto de silencio. ¿Lograrán repetir la estrategia del gobierno de Bachelet, impidiendo que el SII presente las querellas? Solo entonces podrán afirmar que han crecido, que han aceptado el statu quo y que podrán vivir de la política por mucho tiempo.
*Por Max Colodro, filósofo y analista político*
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