Acerbi: Del infierno a héroe del Inter

En el crepúsculo de su carrera, con 37 años y la Champions League escapándose entre los dedos, Francesco Acerbi se rebeló contra el destino. El Barcelona, tras remontar un 2-0 adverso a un 3-2, saboreaba la final. Pero el veterano defensa italiano tenía otros planes: una historia de redención escrita con sudor, lágrimas… y un gol milagroso.

Corría el minuto 93 cuando Acerbi, un defensor central que jamás había marcado en la Champions, se lanzó al ataque. “Decidió ir al frente en la parte final del partido, pero no se lo impedí porque ya no teníamos nada que perder”, confesó Simone Inzaghi, su técnico. Esa jugada desesperada, ese último aliento, se convirtió en el gol que revivió al Inter de Milán y les dio el impulso definitivo para avanzar. Pero detrás de este momento de gloria, se esconde una historia humana de lucha y superación.

La vida de Acerbi es un testimonio de resiliencia. A los 20 años, jugaba en la Serie C2, la tercera división italiana. Tres años después, debutó en la Serie A con el ChievoVerona. El Milan lo fichó, pero la tragedia golpeó: la muerte de su padre lo sumió en una profunda depresión.

“En esa época, llegaba tarde, casi sin dormir, y entrenaba borracho. No tenía respeto por mí mismo ni por mi trabajo”, confesó en una entrevista con The Atlantic. El brillo del fútbol se opacó bajo la sombra del alcoholismo.

El Milan intentó alejarlo de las tentaciones, pero el alcoholismo se profundizó. “No sabía qué hacer. Y bebía”, admitió Acerbi. Una espiral descendente que amenazaba con arruinar su carrera.

Tras jugar apenas un puñado de partidos, fue transferido al Sassuolo, donde un diagnóstico inesperado cambió su vida: cáncer testicular. “El cáncer fue mi suerte. Doy gracias a Dios por haberlo tenido”, sorprendió Acerbi.

Pero la batalla no terminó ahí. Una recaída y un tratamiento interrumpido por noches de fiesta lo llevaron al borde del abismo. Su vida pendía de un hilo.

“Un año después de mi enfermedad me desperté con un ataque de pánico. Pensé en el sufrimiento que les causé a mis padres, en las oportunidades perdidas, en las noches de excesos. Esa mañana tenía miedo de mi propia sombra. Empecé a ir a terapia, que me ayudó a superar mis miedos”, relató a La Gazzetta dello Sport. El punto de inflexión.

Francesco Acerbi: Del Infierno al Cielo, la Resiliencia de un Campeón

A partir de ese momento, sus hábitos cambiaron radicalmente. Abandonó el alcohol, adoptó una dieta saludable y se involucró en causas sociales. “Me siento en casa acá. Nadie juzga, todos se abrazan y agradecen. Me ayudan a ver la vida desde el lugar correcto”, confesó a The Guardian. Una nueva perspectiva, una nueva vida.

Encontró refugio en la fe, convirtiéndose en devoto de Juan Pablo II y rezando a diario a su padre. Se tatuó un león en honor a Elia, un niño con cáncer al que acompañó hasta su muerte. Un gesto que refleja su compromiso con los demás.

En el Sassuolo, encadenó 149 partidos consecutivos, un récord que le valió el salto a la Lazio y, finalmente, al Inter, donde compartió vestuario con estrellas como Arturo Vidal y Alexis Sánchez.

Con el Inter alcanzó la final de la Champions League en 2023, pero la victoria se le escapó. Ahora, en este nuevo capítulo, Acerbi tiene una segunda oportunidad para levantar la “Orejona” y coronar una carrera marcada por la adversidad y la inquebrantable voluntad de superación. Su historia es un faro de esperanza, un recordatorio de que nunca es tarde para reinventarse y alcanzar la gloria.

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